lunes, 18 de diciembre de 2006

Bucarest 'no tiene intención' de modificar la legislación que prohíbe la adopción internacional

Crónica rumanía 25-11-2006. Fuente: Agencia EFE

El Gobierno rumano 'no tiene intención' de modificar la legislación actual en materia de infancia y que impuso una moratoria a las adopciones internacionales en 2001 pese a las 'presiones' que recibe en este sentido, entre otras cosas porque, según explica la secretaria de Estado para Adopciones, Theodora Bertzi, en una entrevista a Europa Press, en la actualidad no hay niños ni siquiera para cubrir la demanda interna de adopciones.B
ucarest puso en marcha en 1997 una nueva legislación que buscaba acabar con los años oscuros del régimen comunista en materia de protección de la infancia, en la que los orfanatos eran lugares insalubres y donde los derechos de los niños apenas se respetaban. La nueva legislación prima la acogida de los menores abandonados en primer lugar por miembros de su familia, y de no ser posible esta opción, por familias de acogida. Sólo unos pocos menores abandonados son 'adoptables' de acuerdo con la normativa, según explicó Bertzi.Anteriormente, las autoridades locales 'simulaban buscar a la familia' del niño abandonado y se solía conceder la adopción a aquellas agencias, a través de las cuales se gestionaba el proceso, 'que daban más dinero', indicó la responsable rumana. Esto hizo, añadió, que 'antes de 2001 las adopciones internacionales fueran tres veces superiores a las nacionales'.En 2001, el Gobierno rumano impuso una moratoria a la adopción internacional, que afectó entre otras a numerosas familias españolas, y desde entonces ha puesto en marcha medidas que buscan la 'protección' del menor y evitar en la medida de lo posible que éste se vea separado de su familia. Esto ha hecho disminuir drásticamente las opciones de adopción incluso para las familias rumanas que quieren tener un hijo mediante este sistema.Así, según Bertzi, 'hay más de 2.500 familias rumanas que quieren adoptar y sólo hay aproximadamente 1.400 niños adoptables'. De estas familias, precisó, 'el 60-65% quieren niños menores de 2 años, mientras que el 35% quiere mayores de cuatro años'. 'Estos niveles son similares a los de Europa', indicó.En opinión de la responsable rumana, 'hay que hacer comprender que la idea de la adopción es encontrar una familia idónea a las características y necesidades del niño'. 'La adopción no tiene que responder sólo a las necesidades de la familia de adopción', previnó, defendiendo la necesidad de que todas las personas implicadas en la protección de los menores 'hagamos comprender esto a las familias'.Por otra parte, aunque Rumanía entrará en la UE el próximo 1 de enero, Bertzi subrayó que 'no hay intención de modificar la legislación' que además, dijo, 'fue preparada durante dos años con ayuda de expertos internacionales y está basada en los principios europeos'. La secretaria de Estado reconoció que 'hay presiones internacionales, no por parte de los Gobiernos sino de 'lobbies' de familias y asociaciones'.En todo caso, consideró que 'después de 2007 la presión sobre Rumanía va a disminuir porque el Gobierno no hace otra cosa que seguir lo que están haciendo el resto de países europeos en esta materia'.Según Bertzi, 'deberían existir procedimientos comunes a nivel europeo tanto para las adopciones nacionales como para las adopciones internacionales'. Pero, añadió, 'me cuesta creer que los Estados miembros van a renunciar a los derechos que cada uno tiene en su política de asistencia demográfica y en su política de asistencia social'.LAS CIFRASDe acuerdo con los datos del Gobierno rumano, en 1989, cuando se produjo la caída del régimen comunista de Nicolae Ceacescu, había unos 100.000 niños en instituciones y más de 16.000 niños morían cada año por enfermedades curables y otras causas. Desde entonces, la tasa de mortalidad ha disminuído un 67% hasta situarse en 2005 en 5.426 muertes.Con la nueva legislación, el Gobierno puso el énfasis en cambiar la prioridad de las instituciones, ya que 'antes existía la creencia de que el Estado tenía que hacerse cargo de los niños', a las familias, para que sean estas las que se encarguen de los niños. Esto ha supuesto, explicó Bertzi, el cierre de la mayoría de los orfanatos existentes en la época comunista.Por otra parte, se han creado nuevos centros e instituciones más acordes a las necesidades de los niños, sobre todo los que tienen problemas y discapacidades. Así, entre 2000 y 2005 se han creado doce centros de atención para niños que han sufrido abusos; se ha pasado de 11 a 92 centros de día para niños discapacitados y se han creado quince centros para la acogida de niños de la calle.En la actualidad, de los 4,6 millones de menores de 18 años que hay en Rumanía, sólo 76.168, 'aproximadamente el 1,65%', están a cargo del sistema de protección estatal. De estos niños, indicó Bertzi, 48.980 se encuentran acogidos por familiares hasta de cuarto grado --24.191 (49%)-- o por familias de acogida. El sistema, explicó, prima el que los niños abandonados vuelvan a ser aceptados por su familia, a ser posible por sus padres biológicos o abuelos, y sino por otros miembros de la familia.En este sentido, por ejemplo, de los 2.580 niños abandonados en 2005 en hospitales, 999 volvieron con sus familias biológicas y 984 fueron recibidos por familias de acogida. De los restantes, 25 murieron y los otros 572 se encuentran en hospitales o en centros para discapacitados.Para que las familias acepten quedarse con los niños, el Estado cuenta, además con trabajadores sociales y asistentes para apoyar psicológicamente a las familias, con ayudas pecuniarias para los más pobres. Según Bertzi, 'la relación entre niños y padres no se resume sólo al dinero', por lo que éste no es el motivo principal para que los padres o familiares acepten quedarse con ellos, puesto que además, esta ayuda 'es sólo por un tiempo hasta que la familia supere la situación de dificultad'.

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